Anécdota exótica la que reproducimos a continuación, que nos llega desde la lejana Suráfrica y que extraemos del diario The Citizen. Este periódico informa hoy que unos ladrones entraron en una exposición en Ciudad del Cabo y cortaron con un serrucho los cuernos de dos rinocerontes embalsamados que estaban expuestos en el museo. Las astas de estos animales se venden a un precio muy alto en Asia porque allí son consideradas como un potente afrodisíaco. Sin embargo, quien quiera comprar los cuernos robados en el museo no tendrá demasiadas alegrías. Y es que los dos rinocerontes embalsamados, que vivieron en el siglo XIX, fueron rociados para protegerlos de insectos con sustancias tóxicas como arsénico y DDT.
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martes, 15 de abril de 2008
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