De la Feria y los vendedores ambulantes

Se acabó hace unos días la Feria de Abril pero todavía nos van llegando algunos ecos de esta fiesta tan característica de Sevilla. Nos cuentan hoy una anécdota bastante divertida que ocurrió una tarde en el recinto ferial. Saben ustedes, y si no lo saben se lo decimos nosotros, que la venta ambulante está prohibida en todo el recinto ferial y si la Policía sorprende a alguien vendiendo cualquier objeto está obligada a denunciarlo, si bien a veces se hace la vista gorda porque tampoco se trata de delincuentes. Pues bien, uno de estos vendedores no debía tener tan claro el reglamento. Así que, como quiera que había llovido durante todo el día y por fin había escampado, se fue directo a la caseta de la Policía Local a preguntarle a los agentes si podía dejar allí el paraguas y pasar a recogerlo unas horas después, cuando terminara de vender todas las flores que llevara encima. "Si, si, pasa, pasa, que vas a dejar el paraguas y las flores", le dijeron. Mira que no querían denunciarlo, pero es que el infractor hizo méritos más que suficientes para ganarse su correspondiente receta.