La Policía Local de Pontevedra sufrió una curiosa situación cuando se hallaba realizando controles de alcoholemia en la calle Benito Corbal. Uuna persona con evidentes síntomas de embriaguez se subió a un coche patrulla aparcado en la calle pensando que era un taxi.
Los agentes necesitaron varios minutos para convencerlo de que abandonara el coche. Según los datos que han trascendido, los agentes estacionaron el vehículo policial en una zona reservada para taxis en aquella calle, mientras realizaban una prueba de alcoholemia en la zona. Al ocupar ese espacio reservado, la persona ebria debió pensar que efectivamente era un taxi e insistió en que fuera trasladado a su destino pese a que los agentes insistían en convercerle de que estaba confundido. El hombre no vio distintivos ni gálibos ni nada, sólo quería irse a su casa en el taxi, previsiblemente para dormir la mona...
Cosas que pasan...
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